Las cerraduras son un elemento clave para la seguridad de puertas, portones y accesos. Sin embargo, en climas húmedos —ya sea por cercanía al mar, lluvias frecuentes o alta humedad ambiental— estos mecanismos se ven constantemente expuestos al deterioro por oxidación y corrosión.
Si no se realiza un mantenimiento adecuado, es común que las cerraduras se endurezcan, se atasquen o pierdan eficacia con el paso del tiempo. Prevenir estos problemas es fundamental no solo para garantizar el funcionamiento diario, sino también para prolongar la vida útil del sistema.
¿Por qué la humedad afecta tanto a las cerraduras?
El principal enemigo es el agua en suspensión combinada con oxígeno, que acelera la formación de óxido en materiales metálicos. Esto puede provocar:
Dificultad al girar la llave.
Corrosión de cilindros y engranajes internos.
Daños irreversibles en resortes, pasadores y otras piezas móviles.
Riesgo de que la cerradura quede inutilizable en momentos clave.
Los ambientes costeros agravan el problema debido al efecto de la salinidad en el aire, que intensifica la corrosión.
Recomendaciones de mantenimiento
1. Lubricación regular
Es fundamental aplicar lubricantes específicos para cerraduras, preferiblemente en seco (a base de grafito o PTFE). Estos no atraen polvo ni se vuelven pegajosos con el tiempo, a diferencia de aceites comunes que pueden empeorar el problema.
Frecuencia ideal: cada 2 o 3 meses, o después de fuertes lluvias.
2. Limpieza externa
Limpia con un paño seco o ligeramente humedecido las partes exteriores de la cerradura para eliminar sal, polvo o residuos. En cerraduras muy expuestas, se puede aplicar una fina capa de protector antioxidante en la carcasa metálica.
3. Cubiertas o protectores
Usa escudos o capuchas plásticas o metálicas para cubrir cerraduras expuestas directamente al agua o a la intemperie. También es útil instalar cerraduras bajo aleros o cubiertas de protección si están en puertas exteriores.
4. Evita el uso de productos no adecuados
No uses lubricantes tipo WD-40 como solución permanente. Aunque pueden desbloquear mecanismos, su uso constante puede generar residuos internos que afectan el funcionamiento con el tiempo.
5. Prueba periódica
Haz girar la llave completamente al menos una vez por semana para evitar que los componentes internos se «peguen» o inmovilicen por falta de uso.
Tipos de cerraduras recomendadas para climas húmedos
Cerraduras de acero inoxidable o latón: son mucho más resistentes a la oxidación.
Cerraduras con tratamiento anticorrosión o sellado especial.
Modelos diseñados para exteriores o uso marítimo, especialmente en embarcaciones o zonas portuarias.
El mantenimiento preventivo es la mejor inversión para evitar fallos inesperados y prolongar la vida útil de las cerraduras en ambientes húmedos. Con unos pocos cuidados periódicos, se puede garantizar seguridad y funcionalidad incluso en las condiciones más exigentes.