El verano es tiempo de diversión y relajación, pero también puede ser el tiempo del óxido. La combinación de alta humedad y altas temperaturas puede crear las condiciones perfectas para que se forme óxido en los objetos metálicos, incluidas las cerraduras.

El óxido y la corrosión pueden dañar las cerraduras y dificultar su funcionamiento, por lo que es importante saber cómo prevenirlos y cómo limpiarlos si ya se han producido.

Así que, si quieres mantener sus cerraduras en buenas condiciones de funcionamiento, es importante tomar medidas para evitar la oxidación. En este artículo te damos algunos consejos para evitar que las cerraduras se oxiden y mantenerlas en buen estado.

Los candados y la intemperie

Muchas veces usamos candados para proteger nuestras cercas, cobertizos u otros edificios al aire libre. Estos candados están expuestos a la lluvia, el sol y el polvo, lo que puede provocar que se oxiden con el tiempo.

Para evitarlo, podemos cubrirlos con una funda impermeable o aplicarles un recubrimiento anticorrosivo especializado, que puedes encontrar en tiendas de bricolaje y ferretería.

También es conveniente limpiar los candados con un paño seco para quitar el polvo, y guardarlos en un lugar seco cuando no los necesitemos.

Cómo evitar que las cerraduras se oxiden en verano

Usa las cerraduras con frecuencia

Una forma de prevenir el óxido en las cerraduras es usarlas con frecuencia, al menos una vez por semana, lo que ayuda a mantener a raya la acumulación de óxido y polvo.

Si tenemos una casa de verano o una caravana que no usamos durante mucho tiempo, podemos visitarla de vez en cuando y abrir y cerrar las puertas para evitar que las cerraduras se atasquen.

Aplica un lubricante y protector para cerraduras

El lubricante es un producto que facilita el movimiento de las piezas internas de la cerradura y evita que se oxiden. Podemos aplicarlo cada cierto tiempo con un pulverizador o una jeringa, introduciéndolo por la ranura de la llave o por los agujeros del cilindro.

Ahora bien, es importante usar un lubricante específico para cerraduras, que no contenga aceites ni productos abrasivos que puedan dañar el metal.

Limpiar las cerraduras de polvo

El polvo es otro factor que puede afectar al funcionamiento de las cerraduras, ya que se acumula en los mecanismos internos y dificulta su giro. Los lubricantes en base aceite se mezclan con el polvo y empeoran el problema.

Para limpiar el polvo en las cerraduras, podemos usar un cepillo de dientes o un bastoncillo de algodón humedecido en alcohol o vinagre. También podemos usar un aspirador para extraer el polvo de las ranuras y los agujeros.

Eliminar el óxido de las cerraduras

Si ya se ha producido el óxido en las cerraduras, podemos intentar eliminarlo con algunos trucos caseros. Por ejemplo, podemos usar un removedor químico de óxido en el exterior.

En todos los casos, debemos aplicar el producto sobre la cerradura, dejarlo actuar unos minutos y luego frotar con un cepillo de alambre o una lana de acero para quitar los restos de óxido. Después debemos limpiar y secar bien la cerradura y aplicarle un lubricante apropiado.

Usar cerraduras resistentes a la corrosión

Si vives en un entorno especialmente húmedo o salino, es posible que tengas que tomar más medidas para evitar la oxidación. Considera la posibilidad de utilizar una cerradura fabricada con un material resistente a la oxidación, como el acero inoxidable.

Siguiendo estos consejos podremos evitar que las cerraduras se oxiden por la humedad y el calor en verano y mantenerlas en buen estado durante más tiempo. Pero si el óxido es muy profundo o la cerradura no funciona correctamente, lo mejor es llamar a un profesional que nos asesore sobre la mejor solución.