cajas-fuertesTenemos que admitir, hay muchas cosas en este mundo que comparten nombres pero que en la práctica no tienen mucho que ver o tienen semejanzas tan vagas que hasta pensamos deberían tener nombres distintos.

Podemos pensar en este aspecto cosas como las islas de la calle y las islas geográficas. Vamos, el concepto que las une, ser un espacio de tierra en un espacio mayor que las rodea, es tan vago que quizás el que las nombró en primer instancia estaba bromeando pero todos le siguieron el juego y luego fue muy tarde para corregirlo.

Otro caso que se nos presenta es el de las cajas fuertes y las cajas regulares. Si, entendemos, ambos son contenedores rectangulares con un lado que se abre para acceder al contenido. Y hasta aquí más o menos es que llegan las similitudes entre digamos una caja de zapatos y una caja fuerte, por mucho que algunas mujeres quisieran meter sus zapatos en cajas fuertes, no las juzgamos, solo decimos que son cosas diferentes.

Es por ello que ahora queremos hacer un poco de aclaratoria, algo de índole conociendo las cajas fuertes, o más bien, conociendo qué es lo que les pone el fuerte en el nombre, puesto que si son algo diferente, pues que es lo diferente que tienen.

Primero que todo, hay que hablar de materiales. Una caja puede ser de cualquier material imaginable, endebles o rígidos, depende de quien la haga, pero una caja fuerte por su lado mínimo debe ser de metal sólido para pensar llamarse así. Las más resistentes están realizadas de varias capas de distintas aleaciones metálicas e incluso capas de materiales sintéticos, siempre para aportar resistencia a presiones, golpes y abusos, que eso es lo que las hace diferentes en general.

Lo segundo que hace que una caja fuerte sea lo que es, es su sistema de cerrado, como lo explican los cerrajeros urgentes les corts. Una caja tradicional probablemente ni tenga un sistema de cierre, solo una solapa que encaje alrededor de un extremo y se asegure levemente con fricción. Una caja fuerte debe tener un sistema robusto y exigente de cerrado, donde mínimo requiera una complicada combinación numérica para poder ser abierta, alguna exigen incluso varios elementos para su apertura como llaves, claves y huella dactilar, todo lo necesario para garantizar que solo la persona correcta tenga acceso al interior de la caja.

Luego tenemos el contenido, que es algo ya un poco subjetivo y en el que no hay requerimientos propios, pero ciertamente, si tienes un objeto que colocarías en una caja fuerte, no lo colocarías dentro de una caja de cartón si quieres resguardarlo.

Igualmente a la inversa, un objeto que perfectamente puedes guardar en una caja de cartón se ve algo exagerado dentro de una caja fuerte, pero aquí cada quien debe tomar su decisión personal. Si quieres guardar los pendientes de diamantes de la abuela en una caja de cartón en el armario en vez de la caja fuerte empotrada en la pared de la oficina, pues, la elección es tuya. Solo intenta no llorar mucho cuando sean extraviados o terminen en la basura en una limpieza de verano.